Rafael "El Pollo" Brito: El Oboísta tocado por La Virgen.
Cortesia de el escaparate.com.ve
Cuando alguien ejecuta un oboe, sus notas nos trasladan a la antigua
Mesopotamia, a los pueblos que nacieron a orillas del Éufrates y el
Tigris. El sonido de ese instrumento elaborado con madera de boj, que
posee doble lengüeta de caña, es dulce y penetrante, con un vibrato
sensorial. Es una reminiscencia de los antiguos áulos griegos. Ese
aerófano de nombre francés, fue evolucionando, hasta tener la estructura
actual: hecho con madera de ébano, con un sistema de llaves para
mejorar su afinación y alcance. Tiene sus mejores expresiones sonoras en
las obras de Mozart, Vivaldi, Strauss y Bach.
El oboe es un instrumento que estudió durante doce años Rafael Brito
en el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles, en el núcleo de Los
Teques, Estado Miranda. Él, como tantos millones de compatriotas de la
Venezuela humilde, entró al universal e infinito mundo de la música,
gracias a la iniciativa del genio trujillano José Antonio Abreu. Se
graduó con honores y ese ciclo académico marcó su vida.
En paralelo a sus clases, a los conciertos para oboe con la Orquesta
Sinfónica Simón Bolívar, y a su desempeño en la Orquesta Gran Mariscal
de Ayacucho, el inquieto Rafael ejecutaba el cuatro, lo exploraba en sus
horas de ocio, experimentaba con él hasta hacerlo su compañero más
leal. Hoy en día, es considerado uno de los mejores ejecutantes del
instrumento nacional, junto a Cheo Hurtado, Hernán Gamboa, y los
herederos del maestro pionero Freddy Riera. Rafael “Pollo” Brito
acompañó al tenor Aquiles Machado junto al guitarrista Aquiles Báez en
el álbum acústico grabado en 2012 que fue multipremiado. Pertenece a la
pléyade de cuatristas que desde 1933, inauguraron la era del cuatro
solista, dejando atrás el mero rol de acompañante del arpa, mandolina,
bandola o cantantes. Los integrantes de C4 Trío, lo consideran su
maestro, y con él han realizado conciertos memorables.
Rafael comenzó a participar en agrupaciones musicales de Los Teques.
Estuvo en la estudiantina San José Obrero, luego en Los Nazarenos de la
Gaita. Formó filas en Sabor en Gaitas. Hasta que dio el salto a la gaita
profesional, periplo que inició con Los Morillo, agrupación conocida en
Caracas como la familia de Lila Morillo. Después pasó a la agrupación
Guasinca Zuliana donde también estuvo Nelson Martínez.
Fue miembro fundacional de La Trova Gaitera, con ellos grabó el tema
“El ejemplo que Caracas dio” de la autoría de Miguel Ordoñez. Obtuvo el
galardón de gaita del año en 1996:
“Que bajen de los cerros
los hijos de la patria
para que la esperanza
se haga panita una realidad
el corazón contento
palpite amor Caracas”
Ese tema exitoso, comienza recordando la melodía de “Techos de
cartón” de Alí Primera, fue radiado en todo el país y propició que
Rafael “El Pollo” comenzara a ser reconocido como intérprete, a ganar el
respeto de los solistas establecidos en las grandes divisas de la
gaita. Tuve el honor de presentarlos en “El Poliedrazo “ en 1998. Luego
los entrevisté en mi espacio radial Sabor Gaitero en la Fonoplatea, era
un novato asustado, tímido, pero con mucho talento.
En 1999 aceptó la invitación a pertenecer a la agrupación Maragaita.
Esa temporada se estableció en Maracaibo por varios meses, fue solista
estelar de esa divisa fundada por Astolfo Romero en el seno de la
industria petrolera. Ese mismo año participó en el proyecto “Las 100
gaitas del siglo” donde se realizó un gran conteo de final de siglo,
patrocinado por el gobernador Francisco Javier Arias Cárdenas. Grabó con
gran solvencia “Vámonos para la feria” y “Mi nostalgia”, el clásico de
Simón García, con arreglos de Germán Ávila Jr:
“Maracaibo tierra amada
desde que de ti salí,
a cada instante te añoro
me paso el tiempo pensando en ti”.
(García, 1973)
En el año 2000 regresó a la gran Caracas y comenzó su ciclo de
colaboraciones y actuaciones con los líderes del folclor nacional:
Gurrufío, Ensamble de Saúl Vera, Huáscar Barradas, Arcano. Era valorado
como cuatrista y como solista. Comenzaron las actuaciones al lado de
figuras relevantes como Lilia Vera, Cecilia Todd, Frank Quintero, Ilan
Chester, Gilberto Santa Rosa, Soledad Bravo y Oscar D´León. Todos ellos
se desbordan al hablar de su carismática actuación, su arte al
interpretar canciones, su profesionalismo. El sonero Santa Rosa le grabó
la gaita “Esto es decir Venezuela” con Maragaita en 1997.
Sin querer dejar la gaita, aceptó hacer varias temporadas con el
grupo orquestal Todos Estrellas, donde fungía como director musical y
solista junto al Chino Suárez, Mario Lovera, Cheo Fernández, Cristóbal
Medina. En la temporada 2001 grabó el tema “Yo soy la gaita” de Ricardo
Portillo, que le daba dimensión nacional al gaitero:
“La gaita le pertenece
al que la siente y la canta
y por eso se merece
que le entreguemos el alma”.
(Ricardo Portillo, 2001)
Rafael “El pollo” Brito estaba en medio del espiral de éxito, los
escenarios se multiplicaban, los aplausos, las giras por Venezuela y el
exterior. Visitó como solista Suiza, Francia, Bélgica, Alemania,
Inglaterra EEUU, América Latina, China y Japón. Culminó con éxito esas
giras donde sólo llevaba su voz y cuatro. En medio de ese maremágnum de
notas, micrófonos, cordófonos, acordes y telones; siempre tuvo como
prioridad sus hijos, todos ellos cantan con un oído musical absoluto.
Para él, sus cinco hijos: Giselle, Rafaelito, Andrés, Adrián y Micaela,
son su universo más apreciado, donde mejor marcha su corazón al compás
de la felicidad.
Aparecieron sus primeras producciones en solitario: “Una casita bella
para ti” en el 2005 donde versionaba cinco grandes clásicos
venezolanos, y el resto temas inéditos. Los coros del álbum los
grabaron sus hijos. En ese álbum obtuvo un gran respaldo de Sony-BMG, y
se convirtió en récord en ventas, logrando el disco de platino. Luego
publicó su segundo álbum “Se canta venezolano”, que salió al mercado en
el 2008 superando la aceptación del anterior.
Rafael comparte sus días y noches con la actriz Ana María Simon
Pazmiño, encantadora maracucha a quien conoció en el año 2005. Ella es
su compañera de escenarios y en el refugio hogareño, madre de su hija
menor Micaela, la hermosa niña que nació el 11 de noviembre de 2011; a
ella, su quinta hija, le compuso una de sus mejores canciones:
“He metido en mi maleta
muchas cosas para entregarte
mil millones de sonrisas
y las ganas de besarte.
Un cuento y un sonajero
y este cuatro pa´ cantarte
canciones que tanto quiero
canciones para alegrarte”.
(Brito, 2011)
Ana María y Rafael se sienten unidos por los hilos trenzados del amor
y el humor, establecen una perfecta urdimbre que los ata. Juntos han
realizado obras de teatro, conciertos, giras muy emotivas. Suelen jugar
a los despechaos, sin estarlo. Echan un pie en privado y establecen una
zona de bohemia exquisita, donde sólo caben los dos. Ana María es una
zuliana con modales y estilo de caraqueña. Mientras que “El Pollo” es
un caraqueño con formato de maracucho-oriental. Ana María ha metido a
Rafael en vericuetos de la actuación, la radio y televisión. Y “El
Pollo” la ha encaminado con rectitud por los senderos de la música, el
canto, la ha llevado a descubrir los intersticios de la afinación. Por
ello se complementan de forma casi perfecta y mantienen viva su pasión y
compromiso.
En varias ocasiones, Rafael ha confesado su deseo de ganar el
reconocimiento mundial interpretando la música venezolana. Lo haría muy
feliz el ganar un premio Grammy por sus álbumes, con piezas del folclor
afrovenezolano, donde fusiona a los clásicos criollos con las
tendencias vanguardistas del jazz, el R&B y la música de cámara.
Sería para él una presea de vida, poder colaborar con la difusión
mundial del folclor de nuestro país, promoverlo allende de nuestras
fronteras.
Él se jacta de no temer interpretar cualquier género musical. Eso lo
ha cumplido cabalmente, por ello se atrevió a montar un espectáculo con
la extensa obra de Tito Rodríguez, el insigne intérprete borinqueño,
maestro cantor de boleros, chachachá, guarachas, boogaloo. Tito era
músico completo, director de orquesta, compositor, poseedor de un
registro de barítono y un timbre privilegiado. De ese ciclo de
conciertos realizado por Brito, derivó un CD en vivo “Homenaje a Tito
Rodríguez” que es considerado una joya de la musicalidad caribeña;
estará circulando en toda América desde noviembre de 2013.
Tengo el honor de ser amigo del Rafael “El pollo” Brito, amistad que
se ha mantenido incólume a través de dos décadas. Fui el primer locutor
que lo entrevistó y promocionó en Maracaibo, cuando nadie lo conocía.
Por ello aceptó grabar la gaita “Nairuma” que le compuse junto a Nelson
Romero, a mi hija mayor:
“Nairuma feliz momento
alegría del hogar
en guajiro he de explicar
es el primer nacimiento”.
(Romero-Montiel, 1984)
Rafael le dio voz al jingle que ha identificado más veinte años mi programa Sabor Gaitero.
“Abierta la puerta está,
para la gaita zuliana
reina pura y soberana
de Sabor Gaitero”.
Si algún músico venezolano tiene el talento y las condiciones para
lograr impactar en los mercados europeos y americanos con sus canciones,
es Rafael Brito. Ojalá consiga la fórmula y el productor adecuado, para
que Venezuela tenga otro gran embajador musical, que junto a Oscar
D´León, Reinaldo Armas, Franco de Vita y Gustavo Dudamel; sea bandera
sonora de identidad y orgullo nacional.
Rafael es un creyente, fiel devoto de la virgen, a ella le cantó “La elegida” de Renato Aguirre:
“Todo era humilde y precario
pero en el ambiente espeso
flotaban mansos los rezos
de aquellas almas a diario,
colgaba un viejo rosario
en la pared de aquel nido
y un álbum descolorido
aroma de presagio
y a su lado un crucifijo
con el primer legionario”.
(Aguirre, 2009)
Rafael le ha cantado a la Reina Celestial junto a su hija mayor
Giselle, con auténtica fe y embeleso. La Virgen tiene en él, un creyente
amoroso, que la ofrenda tocando su oboe medieval o sus veros gaiteros.
“El pollo” le entonará notas que tejan rezos para magnificarla.
Cortesia de el escaparate.com.ve
Editado por: León Magno Montiel – @leonmagnom – leonmagnom@gmail.com